Los abrazos son sanadores, pueden curar enfermedades del alma. Según la ciencia, los abrazos intervienen en el desarrollo del cerebro contribuyendo a la madurez emocional de los niños y, además, transmiten seguridad, lo que es muy importante durante el crecimiento de nuestros hijos. Puede que como padre te hayas criado en un hogar frío o con pocos escenarios de amor expresados con abrazos. Pero eso no es una excusa, ya que no es imposible cambiar…puede ser algo desafiante, pero nunca jamás algo imposible.